LA DESPEDIDA DE LOS AMIGOS Y CLIENTES


ADIÓS, CON EL CORAZOO..ÓN, 
QUE CON EL ALMAAA...AA, 
NO PUEDO  ....


Una gran multitud de clientes y amigos en la despedida de Chon y Roberto

 

Roberto y Chon, al igual que sus hijos, no tienen clientes. Más que clientes tienen amigos. Poco a poco los clientes se van convirtiendo en amigos por el trato amigable y cariñoso de toda la familia. Miles, cientos de miles, de personas, Alpedreteños y no Alpedreteños, han pasado por "LA CANTINA" a lo largo de estos 43 años en que han regentado este establecimiento singular. Quizá y sin quizá, han sido las personas más madrugadoras de Alpedrete para adaptarse al horario de los trenes y, lo que es más importante, para poder ofrecer a los viajeros más mañaneros un cafelito bien caliente que despertase los sentidos y calentase el cuerpo para comenzar el nuevo día que empezaba a despuntar.

Entrar en la cantina, no era entrar en un establecimiento cualquiera. Más bien era entrar como en la casa de uno, debido no sólo a la familiaridad de trato, sino a la atmósfera especial que allí se respiraba.

¿Cuantas y cuantas personas, vecinos y vecinas de las urbanizaciones de los alrededores no habrán pasado por la cantina? ¿Cuantas amistades deja CHON en viajeras y no viajeras, que iban a verla exprofeso para charlar y contarle sus cuitas? CHON a todos nos ha escuchado, a todos escucha, con paciencia y con buenos consejos. ROBERTO, hombre cabal donde los haya, es de pasta más seria. De no muchas palabras, no hacía falta que hablase mucho, porque siempre se ha notado su cercanía y su buena disposición para ayudar a todo el mundo que lo necesitase.

HOY, en que ha llegado la fecha de la jubilación, este matrimonio, todavía joven, dejan el hasta ahora su negocio y su sengunda casa (o quizá en tiempo que la han habitado, la primera) para salir, como dice el léxico taurino "POR LA PUERTA GRANDE".

Esto, es lo que os deseamos todos los conocidos, amigos, clientes y todas estas cosas a la vez. Que abráis una nueva puerta al descanso y al disfrute, que bien merecido lo tenéis. No os decimos adiós, porque, afortunadamente, aunque la Cantina esté cerrada o ya no la llevéis vosotros, no estamos tan lejos y siempre cabrá la posibilidad de tomarnos un café juntos, pero esta vez sin que vosotros nos lo sirváis y nosotros nos lo tomemos, sino que lo tomemos juntos y nos lo sirvan.


1 comentario:

  1. que pena me dio cuando pase por alli y vi cerrada la cantina, con la de veces que nos hemos parado en su terraza a tomar un refresco despues de una buena caminata, alli sentados, se sentia tanta paz que nos sabia a gloria

    espero que no quede en el olvido un sitio tan estupendo y tenga continuidad

    feliz jubilacion

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